jueves, 16 de diciembre de 2010

¿Ciencia o estilo? Influencia de las nuevas tecnologías sobre las formas y materiales en el diseño de transporte













Arturo J. Gómez González
Estudiante de Diseño Industrial de la Escuela de Arquitectura y Diseño de América Latina y El Caribe (Isthmus), Panamá

project-horizon@hotmail.com

Introducción

Desde la invención del radar en la década de los 30, las potencias mundiales han estudiado formas para contrarrestarlo. Algunas un poco ortodoxas, involucran el uso de grandes cantidades de explosivos, otras un poco más sofisticadas utilizan palabras como Electromagnetic Jamming u Electronic Countermeasures para interferir con el barrido. Ambas presentan soluciones parciales que pueden ser utilizadas de manera efectiva, pero ninguna logra el elemento sorpresa tan indispensable en el arte de la guerra. De nada sirve ir de cacería si tu presa sabe cuándo, dónde y cómo la vas a estar esperando.



Con ésta problemática en mente, en 1970, el gobierno de Estados Unidos, financió varios programas que serían los precedentes de lo que hoy se conoce como “Stealth”. Ésta palabra de origen anglosajón se traduce simplemente como sigilo y consiste en un atributo que se le otorga a un sistema de combate que pretende ocultarlo parcialmente de los radares, modificando su forma para lograr que éste absorba o disipe las ondas electromagnéticas producidas por un barrido de radar, logrando que el objeto se mezcle con el ruido de fondo captado por el mismo radar . Para muchos al principio, cuando se desconocían las posibilidades que este acercamiento poseía, lo criticaron como “un intento de esconder a un elefante en un jardín de fresas pintándole las uñas de rojo ”.



Ahora su uso militar es considerado como uno de los descubrimientos más influyentes de comienzos del nuevo milenio y es una tecnología que se encuentra en pleno apogeo, siendo usada cada vez más por muchos ejércitos alrededor del planeta.
Las formas adoptadas por los sistemas que utilizan la tecnología stealth en un principio eran geométricas, planas y con ángulos tanto agudos, como obtusos lo que resultaba en una apariencia agresiva y en muchos casos extraterrestre. Éste tipo de diseño si bien lograba su cometido, entorpecía la estabilidad, volumen, capacidad de carga y velocidad que el objeto podía alcanzar; al atrofiar la estabilidad, obstaculizaba el control que se podía ejercer sobre el sistema cuando éste se encontraba en movimiento y considerando que éstas formas fueron utilizadas al principio en aviones, los diseñadores llegaron a la conclusión de que “ni todos los sistemas de vuelo controlado por computadora lograrían que volara muy bien ”.
Luego, en la siguiente generación de sistemas y con la información recolectada, se utilizaron formas más orgánicas (aunque muchas todavía utilizan bordes angulares) que permitían un mayor control, estabilidad y velocidad.



Teniendo en cuenta que estos descubrimientos de formas fueron realizados a finales del milenio pasado, es interesante resaltar que algunos de los medios de transporte de finales de la década que representan la velocidad y la vanguardia de la tecnología actual adoptan muchos de los caracteres de las formas stealth desarrolladas por los Estados Unidos.



Podría considerarse como un retomar al styling de los años 50 y 60, que intentaba recrear las formas utilizadas en la aeronáutica y en la carrera espacial, además lograba diseños que en su época aparentaban la vanguardia de la tecnología. Diseños como el de las compañías americanas de automóviles, que buscaba las formas utilizadas en los cohetes Saturn de las misiones Apollo y las aplicaba en sus autos, que, al igual que los proyectos que los inspiraron, eran de proporciones transatlánticas. Vehículos tipo Jetsons que utilizaban alerones y altas cantidades de cromo que acomodaban a las personas del futuro. Diseños como los de Raymond Loewy, como el Studebaker, el autobús Greyhound y la locomotora 20th Century Limited de Henry Dreyfuss que evocaban las formas aerodinámicas de las naves que en ese momento marcaban la pauta para todo aquello que fuera tecnología de vanguardia.




Firmas como Wally Yachts y su Wallypower 118, ganador de varios premios, incluyendo el premio MYDA (Milennium Yacht Design Award), que utiliza un casco con una forma pronunciada en “V”, y formas planas y geométricas para la cabina. Además que hace uso extensivo de fibra de carbono mezclada con compuestos de fibra de vidrio para reducir el peso, logrando una mayor velocidad que otros yates de su clase. El yate alcanza velocidades de 60 nudos y medía 118 pies de longitud.

Spada, firma italiana de diseño automovilístico, lanzó al mercado el Codatronca TS en el 2008. El vehículo representa, ante los ojos de varios, el medio de transporte por excelencia de Batman , artefacto que emplea ángulos muy atrevidos en su carrocería, mostrando notablemente una influencia de aviones como el Lockheed F-117, que utilizaba unas especies de dientes en la unión de la compuerta de la cabina con el fuselaje. El Codatronca utiliza formas similares en los marcos de las luces direccionales traseras, y de igual forma que el avión, su color de muestra es el negro.

En Estados Unidos la Orange County Choppers construyó una motocicleta inspirada en el RAH-66 Comanche, helicóptero que utiliza tecnología stealth, y a su vez construyeron otra motocicleta inspirada en el avión B-2 Spirit (aunque esta última es considerada como uno de sus peores diseños debido a sus proporciones desfasadas).

Lamborghini hace uso extensivo de formas basadas en la tecnología stealth. En el Reventón, introducido en el 2007, la marca utilizó en la carrocería y las luces, formas “inspiradas en los aviones más rápidos” y en el interior, los instrumentos (tacómetros, acelerómetro, etc.) utilizan cristales LCD; tecnología presentada en la mayoría de los aviones caza. Como pintura, utilizaron gris opaco, intentando recrear la pintura absorbente de ondas de radar encontrada en los aviones stealth. Luego, Lamborghini presentó su concepto Estoque, que utiliza las mismas formas que el anterior pero en una carrocería de cuatro puertas.



Posteriormente, se lanzaron los nuevos Gallardo Balboni, Gallardo 560-4, Gallardo Superleggera y Murciélago SV que incorporaron formas encontradas en el Reventón, además de un uso más extensivo de compuestos de fibra de carbono para disminuir peso y mantener la misma resistencia física.

Además de las formas, las firmas de diseño también han intentado utilizar los materiales previamente encontrados en sistemas aeronáuticos como el aluminio, la fibra de carbono y las aleaciones de metales para lograr una mayor rigidez y resistencia, pero a su vez, reduciendo el peso total del diseño. Debido a que el uso de éstos materiales es considerado como una revelación en el diseño de transportes, su precio es sumamente elevado, el cual es muchas veces justificado por las prestaciones que dichos materiales presentan.

Volviendo a Lamborghini, su último concepto y el predecesor de los nuevos modelos que serán presentados por la marca en el 2011, el Sesto Elemento hace un uso casi exagerado de la fibra de carbono, buscando un peso menor al de sus antecesores y un desempeño mayor. Aparentemente, la marca adoptó la filosofía de “adelgazar al musculoso” ya que el carro desarrolla 570 caballos de fuerza, posee un volumen de 9.4 metros cuadrados y solo pesa 999 kilogramos.

En Australia, en 1986, el diseñador Marc Newson, desarrolló la silla Lockheed que utiliza aluminio como materia prima de la estructura y se ve unida por 1800 remaches similares a los que se encuentran en el fuselaje de un avión de la década de los 60. Y en España, en la década de los 90, se lanzó al mercado la silla Toledo, diseñada por Jorge Pensi, considerada una de las sillas para espacios exteriores más eficientes, debido a su construcción a base de aluminio que le permite encarar a los elementos. La silla posee curvas limpias y debido a la simpleza de su construcción, ahorro de piezas y formas simples, presenta un peso muy reducido que permite apilarla fácilmente.



Para los diseñadores europeos, éstos materiales representaron un gran avance en la manera de construir sus diseños. La fibra de carbono permite reducir el peso de manera considerable en sus creaciones, y logra reemplazar de manera eficiente los plásticos anteriormente usados, mientras que el aluminio y las aleaciones de metales procuran mejorar la resistencia al desgaste y otorgarle a los diseños la mayor integridad posible. Algunos como la firma Pagani han ido tan lejos como para mezclar la fibra de carbono con el titanio, creando así el carbotanium; aleación que ofrece la mayor resistencia y flexibilidad sin el enorme peso y volumen que se necesitaría si se utilizaran otros materiales, este nuevo material se utiliza en la carrocería de sus automóviles. Tal es el impacto de éste material que Richard Hammond de Top Gear lo describe como “el material del que están hechos los interiores de Superman ”.



Se podría decir entonces que el diseño se encuentra en un retraso con respecto a la tecnología en lo que concierne a las formas que se pueden lograr. Las investigaciones realizadas en los Estados Unidos durante la década de los 70, llevaron al desarrollo e introducción de la primera aeronave stealth en los 80, la cual sirvió como inspiración para diseños a partir de la década de los 90 hasta el presente.
En relación a los materiales, las compañías de diseño han tenido la noción de su existencia desde el momento en que se fundaron, pero pocas han tenido el conocimiento como para manejarlos en su totalidad y de manera eficaz, y aún menos son las compañías de diseño que tratan de llevar los materiales hasta su límite, por lo que surge la pregunta, ¿Uno utiliza cómodamente el conocimiento adquirido por otros o se atreve a experimentar con conocimientos ya existentes de materiales para crear nuevas formas, nuevos diseños?

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